Esta vez hemos aprovechado la semana de vacaciones China
para juntar unos días y hacer una escapadita por el país. Aunque eran varios
los proyectos en mente, finalmente optamos por ir a la provincia de Jiangxi, al
sur de Shanghai y visitar la campiña de Wuyuan. Lejos del glamour de los
típicos destinos chinos, nos apetecía visitar la zona para respirar un poco de
aire puro, ver pueblos anclados en el pasado y de paso intentar encontrar algo
de paz en esta semana de locura viajera china.
Xiao Liqueng |
El plan era que no había plan alguno, no habíamos reservado
alojamiento ni definido un itinerario. La idea era ir buscando lugares
interesantes dejándonos llevar por los consejos de los lugareños. No sabíamos
si estaríamos un día, dos o seis.
Vista aérea de Xiao Liqueng |
Tras siete horas de bus, llegamos a Wuyuan, la ciudad que da
nombre a la zona, y de la que has de salir corriendo a la menor oportunidad.
Así nada más bajar del autobús empezamos a practicar nuestro chino básico y
arreglamos con un taxista que nos llevara al pueblo de Xiao Likeng. De camino
al pueblo nos encontramos con un tráfico horrible de coches por una carretera
comarcal, es lo que tiene millones de chinos viajando juntos, alguno te tiene
que tocar a ti.
Puesto que habíamos llegado ya de noche, tampoco nos matamos
a buscar alojamiento y terminamos en un hostal de carretera junto al pueblo en
cuestión. Después de llenar el estómago en una barbacoa callejera por dos duros
nos fuimos a dar una vuelta nocturna por Xiao Likeng.
Canales de Xiao Liqueng |
A pesar de que íbamos asustados después de ver tanto coche,
nos encontramos un silencioso y tranquilo pueblecito organizado a ambos lados
de un canal de agua. Libre de las hordas de turistas que lo llenarían la mañana
siguiente, Xiao Likeng latía lentamente. Puentes de madera y piedra se
intercalaban entre tiendas de té y suvenires a punto de cerrar. Una mujer
fregaba los platos en el río, un abuelito salía de un callejón con su linterna
(solo la calle principal tiene luz) y algún que otro turista despistado aún
vagabundeaba por la zona haciendo fotos a los farolillos rojos. Después de
varios meses en la mega urbe, era un gusto ver las estrellas reflejadas en el
agua y escuchar el sonido de la nada paseando por Xiao Likeng.
Callejón de Xiao Qi |
A la mañana siguiente, y después de dormir en una cama que
era más dura que una roca (literalmente con una tabla encima del colchón), nos
acercamos otra vez a Xiao Likeng para dar otro paseo esta vez sí rodeados de
multitud de chinos gritones. Como ya íbamos mentalizados, conseguimos
abstraernos del ruido y disfrutar de los pequeños detalles del pueblecito. La
vida ajena al turismo en los patios interiores de las casas, los agricultores
secando el arroz a las afueras del pueblo o los cocineros de los restaurantes
destripando las gallinas y lavándolas en el canal (rico, rico).
Por la tarde nos acercamos a otro pueblito llamado Xiao Qi,
para seguir descubriendo la zona. Si bien a priori este pueblo no tenía nada de
especial, su secreto estaba escondido a 5 minutos andando campo a través por un
camino de piedra rodeado de arrozales y huertas. Como surgido de la nada,
encontramos un reducto de casas bordeando nuevamente un río. Nada de turistas,
nada de puestos de suvenires, solo un pequeño pueblo ajeno a la ajetreada vida
de su vecino. Aquí estaba la tan ansiada paz
que habíamos venido a buscar a la campiña de Wuyuan. Agricultores
dedicados a sus huertas, parroquianos sentados a la vereda de las casas
fumando, charlando y viendo la vida pasar, más vida alrededor del río, arteria
y corazón de los pueblos de la zona.
La relajada vida en Xiao Qi |
Esa misma tarde, mientras íbamos de vuelta a Xiao Likeng
sentados en la parte de atrás de un camión lleno de mandarinas (ya podemos
decir que hemos conocido al auténtico chino mandarino!!!!), decidimos que nos
quedaríamos seis días por la zona. Sin presión de tiempo, sin grandes
objetivos, solo disfrutando de los pueblecitos.
Mientras veíamos la vida pasar y admirábamos el paisaje
rodeados de mandarinas recuperábamos viejas sensaciones, las de aquel
maravilloso viaje que meses atrás cambió radicalmente nuestra manera de
entender la forma de descubrir el mundo y disfrutar de él.
Os dejamos el link a las fotos de Xiao Likeng y Xiao Qi: Link a las fotos de Xiao Liqueng & Xiao Qi
Se que aun os estais riendo del chino mandarino... XD
ResponderEliminarNo se si todo es una pasada o es que lo contais muy bien como siempre... va ser que son las dos cosas!
Cuidadme las visitas y seguid disfrutando. Muuuuuuuuuaks!
hola guapo, me alegro que de vez en cuando podáis disfrutar de la tranquilidad que hay en esospequeños rincones.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte de Abuela y mio por supuesto
Me alegra que volvais a contarnos cosas de los lugares que visitais,os alabo que os guste ir a los lugares,que son bonitos,pero que lo que brilla es el elemento humano,su vida y sus constumbres.
ResponderEliminar!! Conque "rico,rico" como para comer gallina!!!!!
Patri te veo guapa y me alegra.
Un beso
Mama Mila