VILLA DE LEYVA – DÍAS DE TRANQUILIDAD Y CAPRICHOS VARIOS

Muy buenas a todos!

Os escribimos desde Salento, en la zona cafetera (itxas, ya estamos!!), a la que llegamos hace un par de días….y nos está encantando!! Pero eso os lo contaremos otro día, ya que hoy toca recordar los días que pasamos en nuestra anterior parada, Villa de Leyva.

Villa de Leyva es un pueblecito pequeño que se encuentra entre montañas a menos de 3 horas de Bogotá, por lo que es un lugar al que los bogoteños van mucho de fin de semana o donde se construyen unos pedazo de chalets para disfrutar de las vacaciones.

Plaza Mayor

Nada más bajar del autobús, Villa de Leyva nos enamoró! Y eso, que íbamos cargados con las mochilas… Es un pequeño pueblo de calles empedradas y casitas coloniales con patio interior, cuya vida gira en torno a la Plaza Mayor. Está totalmente rodeado de montañas, lo que hace que sea aun más especial. Nos alojamos a las afueras del pueblo en una zona de montaña para disfrutar de la tranquilidad y del fresco de la zona. Y digo fresco, por sí, aquí se ha adelantado el invierno y están llegando ya las lluvias. Ya veréis en lo que os vamos contando estos días, que la lluvia va a ser una nueva compañera de viaje, por lo menos, en Colombia.

Con sandalias a lo loco

De todas formas, nos apetecía ya un poco de freso, y me hacía gracia que yo iba en sandalias (aunque en pantalón largo y con chaqueta eh!) y la gente aquí ya llevaba botas…un poco exagerado, pero claro, para los colombianos ha llegado el invierno.

El primer día aprovechamos para dar una vuelta por el pueblo, ver su bonita arquitectura y cenar un poquito, pero como estábamos cansados del viaje en autobús no hicimos mucho más.

Mercadeando

El día siguiente, sábado, era día de mercado, por lo que no pudimos dejar de ir a ver lo que se vendía por la zona! No paramos de comprarnos vicios! Mermelada hecha en el pueblo, quesos envueltos en hojas de plátano hechos por una abuelita, montones de frutas y ya aprovechamos para probar un plato típico de la zona: picada de longaniza, salchicha y morcilla con minipatatas cocidas…todo riquísimo! Aunque bueno, la picada se la comió básicamente Juan, para que os voy a engañar, que a mí eso no me va tanto… y la salchicha tenía un color muuuuyyy rojo…jeje! Y eran las 12! Que no me entra mucho eso a mi… Bueno, lo importante es que disfrutamos mucho del mercado (tampoco penséis que era distinto de los de allí) y luego nos fuimos a seguir de caprichos!

Al rico café colombiano

Nada más llegar al pueblo descubrimos la panadería francesa! Nuestro oasis panístico durante los días en la villa. Por fin un super pan con sal!! Nada dulce! Y baguette tenían también! No os voy a decir que se nos caía una lagrimita, pero casi… Y como era de verdad de un francés también había pastelitos, así que alguno que otro cayó también! Después nos fuimos a tomar un cafecito en uno de los cafés del pueblo con patio interior, uno de esos con nata…hmmm….es que hay que tomar café en Colombia, pero bueno, ya os comentaremos como son los cayeses en otro momento…

El vino de Feijoa

Por la tarde nos enfundamos las botas de nuevo para ir a pasear por los alrededores del pueblo, que también teníamos muchas ganas de conocer. Empezamos llegando a un pequeño viñedo en el que nos habían recomendado tomar un vino de feijoa que hacían. La feijoa es un fruto brasileño, pero que lo han importado en Villa de Leyva y se ha convertido en típico de la zona. Encontramos pastel de feijoa, mermelada y el vino este. Estaba dulzón y muy bueno. Y la verdad, que el entorno era muy agradable, con los viñedos y detrás las montañas.

La casa de barro

Continuamos el paseo a una casa de barro, que es la construcción de cerámica más grande del mundo (debe estar en el guinness y todo). Es sin más una casa muy curiosa de un arquitecto de la villa, pero tampoco nos paramos a visitarla ni nada. Y por último, paseamos por los llamados pozos azules, unos laguitos muy profundos que adquieren unos tonos muy azulados, y que están en medio del bosque. El día terminó con la cena de lo que habíamos comprado durante el día, queso, pan, mermelada y macedonia de frutas! Riquísimo todo!!!

Los pozos azules

Al día siguiente madrugamos para adentrarnos en el Parque Natural Nacional de Iguaque y hacer una caminata de esas que tanto os cansa leer… La verdad es que nos resultó cansada, pero preciosa. La subida empezaba a una altura de 2800 msnm y llegamos hasta los 3800 msnm en unos 4 km de subida. Vamos, que estando ya arriba, teníamos que tener cuidado con la altura. Lo más bonito de la ruta fue descubrir el páramo y su vegetación.

La Laguna de Iguaque

Al comienzo de la ruta había una vegetación andina, que se llama, tipo bosque nuboso y, de repente, a los 3400 msnm cambiaba a una vegetación subpáramo y a los 3600 msnm a la vegetación del páramo. Éstas zonas son más áridas y se caracterizan por la presencia de los frailejones (así llamados, por su forma redondeada como la de los frailes, o eso nos dijo el guarda del parque). Ya veréis las fotos que bonitas!

Los Frailejones

La ruta terminaba en la laguna de Iguaque. Cuenta la leyenda Muisca  que un día, de la laguna de Iguaque, salió una mujer esbelta y bella, con un niño en sus brazos. Ella (Bachué), se sentó a la orilla de la laguna y esperó hasta que su hijo creciera. Cuando este alcanzó la edad suficiente, se casaron y tuvieron muchos hijos, siendo estos hijos los muiscas. Bachué les enseñó a cazar, cultivar, respetar las leyes y adorar a los dioses. Bachué fue tan buena, que los mismos muiscas se referían a ella también como Furachoque (‘mujer buena’, en chibcha). Cuando ya eran muy viejos, Bachué y su Hijo-Esposo decidieron volver a Iguaque y se convirtieron en serpientes sumergiéndose en el lago. Ese día los muiscas, a pesar de su tristeza sabían que Bachué, su madre, era feliz.

La serpiente

Los muiscas fueron un pueblo indígena que habitó esta zona desde el siglo VI a.C. y de los que podéis encontrar mucha información en Wikipedia (por no copiar lo que pone allí…). Simplemente os comento que parece ser que practicaban sacrificios humanos…

El páramo

A pesar de que el día había salido nublado, al llegar arriba empezó a abrir, por lo que pudimos disfrutar de las vistas del valle y de la laguna. Eso sí, de vuelta, el tiempo nos la devolvió doble y se puso a jarrear como si no hubiese día siguiente. Así que acabamos empapados hasta los huesos!! Pero bueno, había merecido la pena…

Para finalizar nuestra estancia en Villa de Leyva, la última mañana alquilamos unas bicicletas y nos fuimos de ruta por las zonas de alrededor, pero que estaban más alejadas que el primer día.

  

Observatorio astronómico

Así llegamos hasta un parque arqueológico muisca, en el que se ve un observatorio astronómico, por el cual se guiaban para las cosechas y muchas piedras con formas fálicas invertidas, con las cuales creían fertilizar la tierra.

Catadores de vino

Después fuimos a un viñedo, Marqués de la Villa, que nos habían dicho que había ganado muchos premios. Nos extrañó ver viñedos en esta zona, porque no habíamos oído nada de que hubiese vino en Colombia. De hecho, es bastante desconocido incluso para los locales, y al que plantó las vides allí le tomaban por loco… El caso es que el vino blanco (Cabernet Sauvignon) que hacen ha ganado bastantes premios! Así que bueno, aunque no seamos entendidos ni muy aficionados al vino, nos apetecía acercarnos a ver la zona y tomar una copita de ese vino, que nos gustó bastante.Terminamos la mañana comiendo en el restaurante de la escuela de cocina de Villa de Leyva, nuestro último capricho, con postre incluido.

Ya tocaba volver al hostel para empezar con la tanda de autobuses que nos esperaba durante la tarde-noche de ese día para conseguir llegar a Salento. La verdad, es que estábamos tan a gusto en Villa de Leyva, que solo las ganas que teníamos de llegar al eje cafetero, consiguieron arrancarnos de allí!!!

Pues esto es todo (sí, me he alargado un poquito…), pero nos gustó tanto, que teníamos ganas de contároslo (nos ha retrasado lo cansados que estábamos estas tardes, que me quedaba dormida al llegar al hostel y no podía escribiros!).

Cosas varias, veo que sois unos cotis y leéis los comentarios, así que empezaremos a contestar alguno, que no lo hacíamos porque pensábamos que no los leíais… Y sí, hay unanimidad con mi moreno… Ahora que estoy escribiendo, me veo negras hasta las manos!! Pero tranquis, que ya acabó la playita y no sé lo que durará…

¿Que planes tenéis para semana santa?? Contadnos!! Nosotros la empezaremos en Popayán, que debe ser la Sevilla colombiana de la semana santa… A ver ese fervor religioso…hmmmm…. Ya os contaremos!

Muchos besitos a todos! Que sepáis que nos acordamos mucho de todos! Incluso del curro nos acordamos! Os echamos de menos!!!! Mmmmmuacs!

Os dejamos las fotos de Villa de Leyva y la Laguna de Iguaque:

Fotos de Villa de Leyva

Fotos de la laguna de Iguaque

Patri y Juan