Salento es un coqueto pueblo en lo alto de un valle
sembrado de pastos y cafetales, con su plaza, su iglesia y unas bonitas calles
con casas de colores. Otro de esos sitios donde el tiempo se ralentiza y a uno
le bajan las pulsaciones.
El palizón de autobús mereció la pena, aunque
solo fuera por ver el amanecer llegando a Salento, cruzando preciosos valles de
praderas verdes cubiertas de bruma, cafetales, palmeras, plataneros y vacas
pastando a la orilla del río. Las legañas se nos saltaron de los ojos, al
realizar esa entrada triunfal al pueblecito, a pesar de haber dormido apenas
5 horas. Tan motivados estábamos que nos metimos 2 desayunos (uno de café,
tortilla y arepas esperando a que abrieran el hostel y el segundo ya con
tostadas, nutella y café en la cocina del hostel) y nos fuimos a recorrer la
zona del tirón. Estábamos contentos de estar allí y nos sentíamos con fuerzas para empezar a conocer la zona!
Cafetales |
Al llegar a la finca, nos atendió el nieto de Don Elias,
que se lo curró un montón. Se supone que era un tour de 45 minutos que a
nosotros nos duró dos horas, pues estuvimos cosiéndole a preguntas todo el
rato. Nos enseño las variedades que se cultivan, cómo se cultiva, la recolección
y el proceso de secado, selección y tueste. La visita terminó con una degustación
de café solo (que más parecía una infusión). Como no estamos acostumbrados a
semejante chute de cafeína, yo salí de la finca como si me hubiera tomado la
poción mágica de los galos (a poco me subo a un árbol de un salto).
En la finca de Don Elias |
La tarde la dedicamos a pasear por el pueblo y descansar,
que después del madrugón, una vez se pasó el efecto de la cafeína, empezamos a
notar el cansancio.
A la mañana siguiente madrugamos para ir al valle del
Cocora, en las estribaciones del parque nacional natural de los Nevados. A las
7:30 ya estábamos montados en un jeep de los del estilo de la serie del Equipo
A, para aprovechar que esa mañana había salido el sol.
Con botas y a lo loco |
La primera parte la hicimos con sol, al principio por un
valle de praderas verdes salpicadas de vacas y palmeras y luego abriéndonos
camino entre el típico bosque húmedo que ya se ha convertido en nuestro
compañero de viaje más habitual. Esta primera parte del camino tuvimos que
cruzar un montón de puentes tibetanos para sortear el río hasta llegar a una
finca llamada Acaima.
Colibrí |
Como el guarda nos había avisado que a las 2 se pondría a
llover, pronto empezamos el camino de vuelta y tras subir a una finca llamada
la montaña, cruzamos al valle al otro lado: el valle de las palmeras.
El valle de las palmeras es sin duda, uno de los valles más
bonitos que he visto en mi vida. Imaginaros praderas de verdes intensos,
cubiertas por un tapete de césped como recién cortado y sembradas de espigadas
palmeras de tronco muy fino y altísimas, casi tocando las nubes. En teoría, la
bajada por el valle duraba apenas una hora y nosotros estuvimos más de dos,
sin poder parar de hacer miles de fotos: de las vistas, de las palmeras, de las
vacas, de las vacas con las palmeras, de nosotros juntos, de nosotros separados,
saltando, haciendo el tonto, posando, robados … tan sólo salimos del trance
cuando a las 2 menos 5 comenzaron a caer las primeras gotas que nos obligaron a
guardar las cámaras y enfundarnos los chubasqueros (ya nos habían avisado oyes, pero somos así de lentos!).
A pesar de la lluvia, no podíamos dejar de mirar atrás,
hacia el valle. Hipnotizados, boquiabiertos, asombrados de cómo las nubes
empezaban a cubrir las palmeras y creaban una atmósfera de cuento, escondiendo
el edén de la vista de los curiosos.
Al llegar al pueblo a las 3, empezó a diluviar y ya no paró
en toda la tarde y en toda la noche.
Luciendo palmito |
Por la tarde fuimos a hacer un taller de café con Jesús, un
español adicto al café que después de hacer dinero durante muchos años en
Londres, ha decidido retirarse en Salento, montar un pequeño restaurante y
disfrutar de la vida. A pesar de que a veces se le piraba un poco y se iba por
los cerros de Úbeda, nos contó bastantes cosas interesantes de la historia del
café, las formas de prepararlo, los tipos, las mejores condiciones para
cultivarlo, etc.
La mañana del cuarto día, nos despidió un tímido sol,
camino de nuestro siguiente destino, Cali, donde visitaremos a Marleny y su
familia.
PD: Ahora que ya somos expertos en café (aunque siga sin
gustarnos demasiado), os aburriremos con un post especial con todas las cosas
interesantes que hemos aprendido estos días.
Aquí tenéis en enlace a las fotos de Salento, los cafetales y el Valle de Cocora
Disfrutad de la semana Santa!
Besos
Patri y Juan
Con lo que nos gusta el café en casa y además el de Colombia. Que maravilla y es verdad que ellos lo toman voló infusión. Se aprecia más el sabor.
ResponderEliminarAquí ha comenzado la primavera con unos días preciosos, y los estamos disfrutando, eso si, con 15 grados, pero preciosos.
Luego miramos las fotos y os volvemos a escribir.
Pero hacernos caso y descansar.
Que tal con Marleni?
Besazosssss
He cambiado el ver la peli por leer lo que nos contáis y ver unas cuantas veces las fotos y MERECIÓ LA PENA y que conste que no es pasión de madre.
ResponderEliminarLas fotos del valle de Cocora,preciosas,Juan parecías un duende al lado de las palmeras.
Estáis guapísimos en las fotos y ágiles..... vaya saltos.
Las fotos del colibrí muy bonitas,ah!! y gracias por el primer plano de la bugambilla.
Por aqui todo bien,tiempo muy agradable,pero una cantidad de gente impresionante,me imagino que en verano tiene que ser agobiante.
Un beso muy fuerte
Mama Mila
Me he imaginado a Patri como loca por la selva pidiendo cafe! más cafe!! ;P
ResponderEliminarYa no se que más deciros, se me acaban las ideas para los comentarios, pos eso seguir pasandolo también q da gusto leeros, y las fotos, como no, chulisimas otra vez.
Y estaw bien para de vez en cuando y descansar, que teneis un monton de días todavia por delante!
Musus
Pareja descansar un poco. Patricia tienes muchas ojeras. Tomaroslo con más calma.
ResponderEliminarLas fotografías preciosas y los paisajes también.
Hoy ha comenzado a llover.
Besitos y cuidaros
Mama
Mmmmm, que rico café. Podía hacerme amigo de Jesús y vivir colgado del café.
ResponderEliminarOs pegáis unas palizas andando que nos agotáis a nosotros, así que cuidaros mucho y no os paséis. Vale?
Muxus
Aita
Que lugar mas bonito, que bien poder disfrutar de un buen cafe, abuela le esta gustando vuestros relatos, todos los días me hace mirar por si habéis escrito algo nuevo, se lo explicamos minuciosamente y luego volvemos a explicarle cuando vemos las fotos, eso sí luego te come a preguntas cuando se acuerda de algo que le hemos contado. Os deseamos que lo sigáis disfrutando de vuestro viaje, esperando de nuevo vuestro comentario. Un beso muy fuerte Tia Rosi y Abuela
ResponderEliminarMe encanta veros tan felices y alegres,seguir disfrutando de vuestro viaje.
ResponderEliminarMuchos besos.
Tia Feli
Hoy he tenido una clienta de la zona cafetera de Colombia. Y le ha hecho mucha ilusión hablar conmigo, resulta que sus abuelos tienen un pequeño cafetal allí.
ResponderEliminarComo seguís? Besos y aquí también llueve
Para no sembrar dudas sobre mi estado vacacional;), hasta esta tarde a las 6:20h no entro en él, ommmmm, os dejo unas breves líneas para seguir deseandoos buen viaje!! :)
ResponderEliminarme encantan las fotoss!!
besos lluviosos
Itxas
Me han encantado estos dos últimos posts!! Ay,... aqui nos tienes soñando cada vez que publicáis... ains! Un besote y a seguir así!! Muaks!
ResponderEliminarMe han encantado sus fotos, me dan aun mas ganas de ir a conocer este lindo sitio que tengo planeado para mi proximo viaje a colombia
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