SAN GIL – SOBREVOLANDO EN PARAPENTE EL CAÑÓN DEL CHICAMOCHA

Los últimos 3 días los hemos pasado en San Gil, un pueblo a medio camino entre la playa y Bogotá, en la provincia de Santander. San Gil es famoso en Colombia pues se le conoce como la meca de los deportes extremos. Aquí se puede hacer rafting, canoas, descenso de barrancos, explorar cuevas, rapel, mountain bike y parapente entre otros deportes.

San Gil también es conocido pues está rodeado de pueblos coloniales super bien conservados, de los cuales el más famoso es Barichara.

San Gil

 Después de un agotador viaje nocturno de 15 horas, nuestro primer día en San Gil lo dedicamos a dar una vuelta por el pueblo. La sensación en estos pueblos del interior es de un continuo “deja vu”, como de haber estado antes aquí, como de estar en casa otra vez. San Gil nos ha recordado mucho a los pueblos de Castilla o Extremadura, misma arquitectura, mismo paisaje, mismo ritmo de vida. Después de un mes de viaje se agradece sentirse como en casa de vez en cuando. Además, nos alojamos en un tranquilo hostal llevado por una pareja suizo-colombiana super encantadores. Volvimos a comer pan de verdad, que nos preparó Silvano, el dueño!! Casí morimos del gusto … no más pan dulce por favor ! Alguien puede explicar a los colombianos qué es una baguette o una hogaza de pan?

Barichara

Después de recargar pilas el primer día, el segundo nos fuimos a visitar el pueblo colonial de Barichara. Barichara es como un pueblo congelado en el tiempo con casas blancas, encaladas, puertas de madera de colores vivos y tejados de teja marrón. Si tuviera que definirlo rápidamente, diría que es un pueblo de telenovela. Parece que en cualquier momento fuera a aparecer “Carlos Romualdo” a lomos de su corcel blanco mientras suena la música de “quién es ese hooooooombreeeee….”

Tras de un primer paseito nos metimos a comer en un restaurante local que nos recomendaron. Pedimos el plato del día y por menos de 4 EUR nos tomamos una especie de potaje y un plato de arroz con yuca, maíz  plátano frito y pollo o carne fresca de res a la parrilla. Para beber limonada de panela …. Qué rico !! Aprovechamos también para ver en directo la elección del papá … aquí se vive con mucho fervor, casi como un Madrid-Barca. Por la tarde nos dimos otro paseo por el pueblo, que parece poco a poco recuperaba la vida. Patri aprovechó para darse un caprichito y comprar un collar en una tienda de diseñadores locales … super modern! Y tirado de precio!

Capricho en Barichara

Cuando ya no picaba tanto el sol, tomamos el camino real (camino de piedra que comunicaba todos los pueblos de la zona en la época precolombina … algo así como una calzada romana) y nos dimos otro paseo hasta Guane, un mini pueblo muy mono con su plaza cuadrada, con su iglesia, sus casas blancas, sus esquinas llenas de parroquianos (en un lado los hombres, en otro las mujeres y en otro los niños). Aprovechando que teníamos algo de tiempo, echamos un partido de fútbol con los niños. Por su puesto un Real-Barca … y gano el Real (no podía ser menos). Aquí no se habla de otra cosa que no sea del Madrid y del Barca y todos los niños quieren ser Messi o Cristiano. Además aprovechamos para probar los dulces locales: una especie de leche condensada y una crema de café muy buena

Sobrevolando el Chicamocha

El último día, y puesto que estamos en San Gil, meca de los deportes extremos en Colombia, no pudimos dejar de probar alguno. Entre todos, pensamos en el que más asustaría a las abuelas cuando leyeran nuestros comentarios (jeje … es broma) y elegimos el parapente. La verdad es que de camino a San Gil habíamos pasado con el autobús por el cañón de Chicamocha. Un cañón impresionante con más de 70km de largo y unos 900m de alto. Como nos habíamos quedado con más ganas de cañón, pues por qué no? … vamos a sobrevolarlo. Montar en parapente es como hacerlo en las sillas voladoras del parque de atracciones. Corres hasta despegar y luego te sientas a ver el paisaje, mientras un piloto se encarga de darte vueltas por el cielo aprovechando las corrientes como los pájaros. No os penséis que es adrenalina a tope, es más un paseito por las alturas relajadito. Eso si, marea un poco (el día anterior un francés se había potado encima en pleno vuelo). Nosotros salimos bastante mejor parados. Patri pasó algún momento crítico, pero yo como no me mareaba terminé haciendo todo tipo de piruetas en el aire como si estuviera en una montaña rusa, super divertido (chicos … no hagáis esto sin un experto).

Plaza de San Gil

Por la tarde, tan a gusto estábamos en San Gil, que como dos abueletes, nos compramos un helado y nos sentamos en un banco en la plaza a ver pasar la vida. La cena nos la preparó Benjamín, un chico francés super majo que se curró durante toda la cena para todos los del hostel y nos invitó !!!.

Ahora vamos a Villa de Leiva, otro pueblo de telenovela (quizás el más famoso de todos), a ver si nos encontramos otra vez con “Carlos Romualdo” … pero eso os lo contamos en unos días.

Por cierto, no es por dar envidia, pero ya somos adictos a los jugos …. Y a comer papaya y mango fresquitos para desayunar.

Aprovechamos para felicitar a los papis por adelantado. Mañana estaremos de viaje, con noche en autobús y no tendremos internet.

Os dejamos el link a las fotos

Fotos de San Gil

Fotos de Barichara

Fotos del Parapente en Chicamocha

Besos

Patri y Juan