IGUAZÚ – UN POCO DE HISTORIA

Vista aérea de la Garganta del Diablo I

Hola chic@s, aquí estamos de nuevo en el aeropuerto después de pasar los últimos tres días en Iguazú visitando las cataratas.

La primera pregunta que nos surgió al llegar a Iguazú es evidente: ¿cómo se formaron las caratas? ¿estuvieron siempre allí?

Vista aérea Isla San Martín

Según la leyenda popular, en esta zona habitada por los indios guaraníes el río Iguazú discurría de forma tranquila. Los indios adoraban al dios serpiente que habitaba en el río. Para ello tenían por costumbre sacrificar a las vírgenes más guapas de la tribu como ofrenda (poco listos ellos … que se quedaban con las feas …). Pero un día, el enamorado de una de ellas, se negó a pasar el resto de sus días con un cardo borriquero, solo para dar el gusto al dios serpiente y se fugó con la tía buena en un bote río abajo. Pero el pobre chico no era muy capacitado con el remo y debió de armar una escandalera de mucho cuidado (vamos como Chime montando en canoa). Total que la serpiente se despertó, se pilló un mosqueo de la leche y dejó el río hecho un cristo, hundiendo el cauce bajo los amantes… (de ahí surgen las cataratas). Para colmo, convirtió a la pobre chica en una piedra, para que las aguas de las cataratas la fustigaran eternamente y al pobre chico en un árbol que la mira desde arriba sin poder hacer nada para socorrerle. (Patri me regaña por no contar la historia en tono leyenda ... en plan hijo de la luna de Mecano).

Vista aérea de la Garganta del Diablo I I

Los geólogos sin embargo son de otra opinión (no se creen la historia de que alguien sacrifique a las guapas y deje a las feas con vida … ). Según estos últimos hace mucho, mucho tiempo, se formaron unas fisuras en la tierra por las que escapó un río de lava. Cuando esta se solidificó formó un bancal (o salto). Posteriormente se repitió esta misma operación y se formó un segundo bancal (o parte superior de la catarata). Más tarde se cubrió el terreno volcánico de vegetación y finalmente llegó el agua … para que las chicas guapas pudieran visitar las cataratas… y las otras también.

Salto Brochetti

Continuando con la parte histórica, las cataratas se encuentran en la provincia de misiones. Seguramente muchos de vosotros las recordaréis de la famosa película de “la Misión” (yo en algunos momentos me sentí como Robert De Niro cargando con esa red enorme llena de cascos y yelmos, y escalando las rocas por donde chorreaba el agua … me emociono al recordar la escena). Lo cierto, es que esta zona estuvo llena de misiones jesuíticas, que además de cristianizar a los indios, les ayudaron en su desarrollo. Hasta que un día las coronas portuguesas y españolas se asustaron del poder de los jesuitas y decidieron quitárselos de en medio y devolver a la selva y al olvido el terreno y la cultura ganados en esa época de convivencia entre indios guaraníes y jesuitas.

Cataratas - Lado brasileño

Así las cataratas y sus gentes quedaron relegados al olvido hasta su redescubrimiento mucho tiempo después y el comienzo de la explotación de las cataratas como actividad turística. Como nos contó Perla (luego hablaremos más de ella). Cuando ella era niña, los únicos que podían vivir en el parque nacional eran los guardas y sus familias, que tenían su trocito de tierra para cultivar y criar ganado. Hasta que un día un político de esos de querer ganar dinero, decidió fundar la ciudad de Puerto Iguazú para convertirla en una malgama de hoteluchos y restaurantes estilo Benidorm sin ningún encanto.