viernes, 25 de noviembre de 2011

ZAGREB Y LIUBLIANA – DE PASEO POR LAS CAPITALES DE CROACIA Y ESLOVENIA

Después de la cena de lujo de la noche anterior, nos despertamos pobres de solemnidad, sin más moneda croata que para pagar el parking de la hora y el peaje de salida de Croacia.
Callejuelas de Zagreb
La idea era dar un paseíto rápido por Zagreb y marcharnos corriendo a Liubliana. Pero al final se torcieron los planes…. Y es que si bien Zagreb es una ciudad clásica centroeuropea, que a priori no llama demasiado la atención (si ya has visto millones de ciudades como esa o incluso has vivido en ellas … como diría Patri: imposible compararlo con Viena), cuando llevas un rato paseando por ella, te envuelve acogedora invitándote a disfrutar de cada uno de sus rincones.

Menudos cafés
En verdad lo realmente alucinante de Zagreb es que no se parece a ninguna otra ciudad de Croacia que hubiéramos visitado durante esos días. No tiene nada de ambiente medieval, ni mediterráneo, y se asemeja bastante a sus vecinas Budapest o Viena (salvando las distancias claro está)

Parte antigua de Zagreb
Al final caímos en la tentación y terminamos cambiando moneda para poder disfrutar de una café piji en una terracita ideal de la muerte y de paso visitar alguno de los múltiples museos que hay desperdigados por la zona centro. En concreto nos la jugamos por el museo de arte Naif, que es algo así como pintar en un papel, poner un cristal encima y copiar el cuadro pintándolo de colores vivos…. La verdad incultos como somos en el arte pictórico salimos flipaos con los cuadros que vimos…

La ópera de Zagreb
Tras comida improvisada en un parque, amenizada por nos chinos haciendo artes marciales … estos chinos están en todas partes ¡!!! Nos pusimos rumbo a Eslovenia algo tristes de decir adiós a Croacia y con ganas de retirarnos unos días a los Alpes a “descansar” de turistas andando por la montaña.
Así, partimos rumbo a Bled previa parada en Liubliana.

Los tunos nos habían hablado bastante mal de Liubliana así que no esperábamos gran cosa, pero nada más lejos de la realidad. Aunque la parte vieja es muy pequeñita, las calles alrededor del río y la fortaleza tienen mucho encanto. El centro está lleno de cafés y terrazas típicas centroeuropeas, super fasión …. Vamos que no sabes cual es más chula para tomarse algo.

De paseo por Liubliana
Si bien en 2 horas te lo has pateado todo (visita a la fortaleza incluida), … merece mucho la pena sentarte a tomar algo y disfrutar de la música en directo, mientras te tomás un crep de chocoloate y plátano…. Ummmmmm.
Liubliana

Nosotros como no teníamos tiempo de sentarnos, al final nos lo tomamos dando un paseo … pero vamos que ni de coña íbamos a perdonarlo con la pinta que tenía.

Al atardecer pusimos rumbo al camping de Bled, que sería nuestra base de operaciones para los dos próximos días por los Alpes.

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