domingo, 20 de noviembre de 2011

BOSNIA (parte 2) – DESPIERTA, SARAJEVO

Mezquita de noche
Barrio musulmán
Al caer de la tarde, llegamos a la ciudad de Sarajevo, capital de Bosnia y Herzegovina y testigo de algunos de los momentos más importantes de la historia europea del siglo XX. En sus calles se produjo en asesinato del Zar austriaco que dio comienzo a la 1ª guerra mundial, y en los años 90 sufrió un asedio por parte de las fuerzas serbias que duró varios años.



Sarajevo, es una pintoresca ciudad, enclavada a los pies de las montañas (fue sede de los juegos olímpicos de invierno en 1984) que poco a poco va recuperando el esplendor que tuvo antes de la guerra de Bosnia. Modernos centros comerciales y una calle de compras plagada de firmas internacionales, se intercalan con edificios con agujeros de bala y una cantidad inusitada de seguridad privada (lo que apoya la teoría de que la poli serbia es corrupta).

Callejuelas del Zoco
Barrio musulmán de día
El casco antiguo se reduce prácticamente al barrio musulmán y puede recorrerse en un par de horas. No obstante, por encima de sus edificios, lo que realmente merece la pena de Sarajevo es su aire auténtico, de ciudad a medio hacer, mosaico de religiones y culturas.

Tras dejar nuestras mochilas en el hostel y poner el coche a dormir a cubierto (no es necesario tentar a la suerte y dejar un coche con matrícula italiana en medio de la ciudad) nos fuimos a da un paseo por el barrio musulmán y cenar algo en alguno de los múltiples restaurantes de comida árabe. Después del excesivo turisteo de Mostar, nos encantó recorrer las callejuelas donde tiendas, cafés y restaurantes locales rebosaban de gente de Sarajevo: jóvenes estudiantes, musulmanes que entraban y salían de las mezquitas, previa parada para tomar un té, fumar una shisha y degustar un pastelito típico. A pesar de que estábamos cansados después del día, nos pusimos a dar vueltas y perdimos la noción del tiempo, absorbidos por el encantador aroma de la ciudad.
El club del ejército lleno de disparos

A la mañana siguiente, amortizamos el desayuno del hostel antes de ponernos a patear la ciudad otra vez: fruta fresca, crepes de chocolate recién hechos, huevos revueltos con bacón, tostadas con mermelada, etc. … que ya era hora despúes de una semana desayunando sobre el capó del coche (bueno … menos los días que desayunábamos en la playa jejeje).

Los restos de la biblioteca
Luego, nuevo paseíto por la ciudad antigua, con parada lo que queda de la biblioteca nacional (que fue incendiada en la guerra) y en el cementerio judío. Estuvimos preguntando para ver algún museo sobre historia reciente de la ciudad, pero se nota que todavía está la guerra muy cercana, pues nos dijeron que no había nada por el estilo, y que el único sitio donde podíamos ver algo así era en el museo del túnel de la ciudad.

Durante el asedio de Sarajevo, la ciudad fue rodeada por completo por las tropas serbias, a excepción del aeropuerto, que era zona desmilitarizada y pertenecía a la ONU. Dicho aeropuerto separaba la ciudad de Sarajevo, de la zona libre de Bosnia.

El tunel
Para resistir al asedio, los habitantes de la ciudad construyeron un túnel por debajo del aeropuerto, para comunicar la ciudad con la zona libre y poder sacar a los heridos, introducir alimentos, munición, garantizar el suministro de agua, luz, etc. Si no fuera por el túnel, se dice que la ciudad no hubiera resistido a los años de sitio.

Tan bien nos lo habían puesto, que decidimos acelerar el paseo por la ciudad para poder llegar a ver el museo (cerraba a las 14:00).

Sarajevo ocupada
Después de 1 hora dando vueltas con el coche (para que indicar dónde está el museo, no lo fueramos a encontrar a la primera….), llegamos a una casa en medio de un barrio residencial (“el famoso museo”). Más que un museo, es un batiburrillo de cosas, retales de lo que fue el túnel (incluido un tramo de unos 5 metros). Sinceramente nos dejó bastante a medias (sobre todo después de cómo nos lo habían puesto), pues no hay explicaciones y si no fuera porque nos pegamos a un grupo organizado, no nos habríamos enterado de nada. Aún así es bastante auténtico, y nuevamente confirmó nuestra teoría de que:
  1. No es un país que esté preparado para el turismo (al menos el turismo de masas
  2. Siguen teniendo bastante presente el tema de la guerra. Prueba de ello es un cartel de los juegos olímpicos de invierno, sobre el que han dibujado la zona de ocupación durante la guerra, con un título que reza: “Sarajevo 1984 – ciudad olímpica. Sarajevo 1991-1994 – ciudad ocupada”.

Así que después de hipotecar la mañana en Sarajevo, por ir a ver el “famoso museo”, nos quedamos con la sensación agridulce de no saber muy bien si habíamos acertado al ir a ver el túnel.

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