domingo, 24 de octubre de 2010

DATONG, WUTAI SHAN Y PINGYAO

Día 30 de Septiembre, 1, 2, 3 y 4 de Octubre

Muy buenas!!

Foto de grupo en las cuevas

Os escribimos desde el albergue de Pingyao mientras esperamos a que llegue la hora de coger el tren nocturno a Xian! Hoy me toca escribir a mí, Patri, que los otros días Juan se había apoderado del ordenador!!

Detalle de las cuevas

Bueno, en el último mail os dejamos camino de Datong.  Allí nos alojamos en un pedazo de hotel que nos encanto! Reservamos para 2 noches un hotel de 4 estrellas, pero claro, en China pues podíamos esperar cualquier cosa…sin embargo era una pasada de hotel y aprovechamos para pegarnos unas buenas duchas y descansar en la súper cama! De Datong propiamente no vimos mucho. Es una ciudad muy sucia y la están empezando a preparar para el turismo, ya que las minas de carbón de las que vivía se están agotando.

Sin embargo, alrededor de  Datong hay un par de sitios que nos interesaba ver: las cuevas de Yungang y el Monasterio Colgante. Lo primero son un conjunto de 52  cuevas de hace unos 1500 años que se hicieron para rendir culto a Buda y en cada una habían tallado  figuras de buda de distintos tamaños, desde 1 cm hasta 25m de alto (las tallas menor y mayor que existen). Son  impresionantes!! El acceso a las cuevas lo están reconstruyendo a lo parque temático para transformarlo en atracción turística, pero por suerte la parte de las cuevas está intacta y mantiene su encanto.
Estatua de Buda
 
El monasterio colgante data de la misma fecha que las cuevas más o menos y es una construcción adosada a la montaña a unos 50 m del suelo. Con el tiempo se ha ido recortando su altura debido a las crecidas del río que hay debajo. El monasterio apoya también sobre unos postes de madera, que Juan se dedicaba a mover para comprobar su fiabilidad. La verdad es que alguno de ellos se movía bastante! Pero vamos, que ha aguantado a pesar de los terremotos  que han conseguido acabar con otras construcciones!!

Panorámica del Monasterio Colgante
 Lo mejor de ese día fue el grupo con el que fuimos a visitar estos sitios: una pareja de argentinos, un valenciano y una pareja de italianos  con los que compartimos ese día y de los que nos llevamos muy buen recuerdo! Gerardo, el argentino, tenía 76 años!!! Y ahí andaba viajando con su mujer por toda China a su aire! Vamos, que nos dejaron maravillados a todos! Acabamos cenando en un reservado en el mejor restaurante de la ciudad por 2,5 euros cada uno!!





Altar de peticiones - Wutai Shan
 Al día siguiente cogimos a las 7 de la mañana un autobús  a las montañas de Wutai, el centro budista más grande del norte de China. Fuimos buscando un poco de paz y tranquilidad, aire fresco de las montañas y momentos Zen…. no lo encontramos!!


Templo de Bronce
 Los chinos se dedican a viajar como locos y no entienden estos conceptos! Lo que había eran atascos en la única carretera del pueblo, bocinas sin parar de sonar y miles y miles de chinos sin dejar un espacio libre….bueno, algo de tranquilidad pudimos encontrar escapándonos de los templos mas conocidos  y saliendo de las rutas mas turísticas. AL final, escuchar una música china en un templo en medio de las montañas estando solos, mientras un monje se acerca sonriente, no tiene precio!! Juan se hizo amigo de un monje al que conseguimos explicar de donde éramos, no sin muchas dificultades, claro! Y entre palabra y palabra que algún chino conseguía decir en ingles nos fuimos enterando de los rituales que seguían, de cómo había que rezar, etc.… Tuvimos la mala suerte de que se puso a llover y hacia muchísimo frío!! Dormí con el saco y todo y Juan con 2 edredones!
Monje Budista
Un día más tarde retomo (Juan) la historia. Son las 10 y Patri se ha quedado dormida a mi lado. No pudimos enviar antes el mail por la historia que os contaremos a continuación….

Tras abandonar las montañas y después de muchas horas y varios autobuses llegamos a Pingyao.

Pingyao es una bonita ciudad amurallada que conserva el aire envejecido de todas aquellas construcciones que todavía no han sido restauradas. Los farolillos rojos, se mezclan con infinidad de tiendas de comida local y artesanía, a la sombra de los tejados de las casas típicas chinas. Nos alojamos en un bonito hostel, antigua residencia del gobernador, con un enorme patio interior precioso. Nuestra habitación era sencilla, pero tenía un gran ventanal y una enorme cama estilo oriental (tatami), más dura que una roca. El día en Pingyao fue bastante estresante. Esta semana son vacaciones en China y lo estamos pagando de todas las maneras posibles. En el tema transportes no hay quien pille un billete de tren, los alojamientos y los precios de las entradas han subido de precio y además todos los sitios están llenos de chinos. Si (como os contó Patri) los templos de Wutai parecían el santuario de Lourdes, lo de Pingyao ha sido como la semana santa Sevillana. Solo esperamos que llegue el jueves y se acabe la semana de vacaciones en China, para poder ver algo con más tranquilidad.

Pingyao I
Menos mal que por tres eurillos nos hemos podido dar un masaje de pies de 45 minutos para desestresarnos que si no…..
Poco a poco al volver a la ruta convencional, empezamos a encontrar algún extranjero más, que ya se echaba de menos el poder comunicarnos con alguien que sepa un poco de inglés (o cualquier cosa que no sea chino).

Hoy hemos llegado a Xian, después de pasar una de las noches más extremas que recuerdo en mi vida. Como os he comentado es prácticamente imposible conseguir un billete de tren estos días. Pues bien, para poder ir de Pingyao a Xian en el tren nocturno y así no perder 1 día de viaje, hemos tenido que viajar esta noche en asiento duro, en segunda clase. La verdad que ha sido toda una experiencia. En primer lugar porque los chinos flipaban, pues muchos de ellos no habían visto un extranjero en su vida, para que os hagáis a la idea, tuvimos un par de ellos que estuvieron mirándonos durante horas sin pestañear (totalmente verídico) y con cara de asesino en serie. No obstante lo más extremo ha sido conseguir pegar el ojo entre un mix de ventosidades, escupitajos, olores a taza de WC y humo de cigarros por todas partes, imaginaros a lo más chungo de España metido en un vagón de tren, y vosotros en mitad de ellos … y lo más divertido es que hemos conseguido hacernos fuertes en unos asientos y poder tumbarnos, y que deciros de Patri que tenía a los pobres chinos asustaos, que cada vez que se dejaba la puerta uno abierta le echaba una bronca de las que no entienden de idiomas.
 
Puesto de comida callejera Xian
Al llegar esta mañana a Xian, hemos decidido cambiar los planes para los próximos días. Como está visto que es imposible ir a ningún lado sin encontrarte millones de chinorris consumistas y estresados, al final hemos decidido no ir a la montaña sagrada de Hua Shan (el sendero más peligroso del mundo) y optar por unirnos mañana a una excursión organizada para ver a los guerreros de terracota. Además adelantaremos un día nuestro viaje a Shanghai pues hemos visto la ciudad en un tarde. Lo que más nos ha gustado es el barrio musulmán, con sus chinos musulmanes y todo tipo de comida callejera.

La verdad que poco a poco nos vamos animando a comer comida de los puestos de la calle (siempre bien cocinada no os vayáis a pensar). En nuestro curriculum, además del escorpión ya se encuentran todo tipo de bollos y pastas dulces, así como brochetas y una especie de quebap picante y mi desayuno favorito de los últimos días …. Porras a lo chino!!!! Si, si habéis oído bien, que tienen unas peazos de porras para chuparse los dedos.

A ver si otro día os contamos curiosidades sobre estos personajes que son tan curiosos todos ellos. Solo como pincelada: los niños pequeños no llevan pañal, si no que van con una raja en el pantalón que les deja culillo y lo que no es culillo al aire, para que puedan hacer rápidamente un “stop and go” en mitad de la calle.
La siguiente vez que nos pongamos en contacto con vosotros será posiblemente en Shanghai

Saludos desde la especiada China
Patri y Juan

3 comentarios:

  1. Que linda experiencia,felicitaciones por su blog.

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  2. Hola, estamos preparando nuestra ruta por China y tenemos una duda, Vale la pena ir a Wutai Shan? Cómo llegásteis? Cuánto se tarda desde Datong? Luego iríamos a Pingyao. Es complicado este desvío? Muchas gracias por vuestra ayuda.

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    1. Hola, personalmente a nosotros Wutai Shan nos gustó mucho. No solo por la belleza de algunos de los templos, si no también la religiosidad que se respira. A nosotros nos mereció la pena, pero depende de los días que tengáis lo incluiría o no (pierdes casi 1 día entero de viaje entre ir volver). De todas formas nosotros estuvimos hace cinco años, cuando aún no mucha gente visitaba la zona. En China las cosas cambian muy rápido así que no te puedo asegurar si ahora es más comercial.

      Para llegar tardamos 5 horas en autobús desde Datong. Los billetes te los pueden gestionar en el hostel. Luego para ir a Pingyao en aquel entonces tenías que hacer un cambio en un pueblo intermedio. No nos resultó complicado. Cogimos un autobús a media mañana y llegado ya anochecido a Pingyao.

      Si tenéis alojamiento en Wutai Shan, lo mejor es que les escribáis un mail y ellos os confirmen como llegar.

      Suerte con el viaje, y si tenéis alguna duda de otra parte (especialmente Shanghai que es donde vivimos) o queréis que os echemos alguna mano con el itinerario, no dudéis en contactarnos.

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