Después de Bundi, pusimos rumbo a la ciudad blanca de Udaipur (segunda ciudad de la trilogía colorística) con parada intermedia para visitar el fuerte más grande de la India, el fuerte de Chittorgarh.
Quizás fuera porque no teníamos grandes expectativas, pero el fuerte nos impresionó para bien. Si bien desde abajo no luce tan imponente como Amber, el exquisito interior compensa con creces la falta de vistas panorámicas. Chittorgarh, es uno de esos lugares que mejor representan el pasado de Rajasthan, la tierra de los grandes reyes, de los caballeros, de los romances y de los sacrificios. La fortaleza de Chittorgarh, antigua capital del reino de los Mewar fue tomada a la fuerza hasta en tres ocasiones. En cada una de ellas, y tras ver como los honorables caballeros fueron masacrados, las mujeres y niños decidieron suicidarse en una pira de fuego. Finalmente, en el siglo XVI, fue abandonada y la capital se trasladó a Udaipur quedando en el olvido, su interior comido por los árboles y la maleza, con los murciélagos y monos como dueños y custodios de sus brillantes edificios.
Hoy en día se puede vislumbrar parte de esa grandeza que ha sido cuidadosamente restaurada. Las ruinas del antiguo palacio de los maharajas, la torre de la victoria en conmemoración de una de las batallas que los Mewar ganaron a los Mogoles, varios templos con cuidados relieves, algunos de los lagos artificiales y pozos para almacenar el agua de lluvia. La variedad arquitectónica hace de este lugar un museo al aire libre singular, y la distancia entre los edificios (que ha de ser cubierta en tuk tuk o taxi) nos deja entrever lo que un día debió ser una gran ciudad amurallada llena de vida, romance, olor a especias y a rosas. Tras 5 horas de visita (el pobre conductor del tuk tuk ya no sabía que hacer con nosotros...), tomamos un autobús y llegamos entrada la noche a la ciudad blanca de Udaipur.
Udaipur es de esas ciudades que te deja un poco a medias... Antes de llegar habíamos leído maravillas de ella, que si la ciudad blanca, que si la ciudad más romántica de la India, que si, que si... Bueno, quizás los que escribieron todas esas cosas al lo mejor exageraron un poco. Udaipur, es al final una ciudad como,todas las demás de Rajasthan, caótica y con un reducido casco antiguo, muy ruidoso y difícilmente transitable a pie (con gran riesgo de que te atropelle una vaca, una moto, un taxista o un coche). Lo de ciudad blanca y romántica es un poco estrategia de marketing, y a decir verdad lo único que hace justicia a Udaipur es su gran variedad de cafés y restaurantes con encanto y su impresionante palacio (el más grande y cuidado de Rajasthan). Al final, lo que más nos gustó de Udaipur fue callejear por los bazares no turísticos (probar dulces locales, comprar jabón artesano,...) y cenar en un pequeño restaurante de unos abueletes comida casera y echa con amor.
Próxima parada Jodhpur, la ciudad azul, y con la que completaremos la trilogía de las ciudades de colores tras Jaipur (ciudad rosa) y Udaipur (ciudad blanca).
Quizás fuera porque no teníamos grandes expectativas, pero el fuerte nos impresionó para bien. Si bien desde abajo no luce tan imponente como Amber, el exquisito interior compensa con creces la falta de vistas panorámicas. Chittorgarh, es uno de esos lugares que mejor representan el pasado de Rajasthan, la tierra de los grandes reyes, de los caballeros, de los romances y de los sacrificios. La fortaleza de Chittorgarh, antigua capital del reino de los Mewar fue tomada a la fuerza hasta en tres ocasiones. En cada una de ellas, y tras ver como los honorables caballeros fueron masacrados, las mujeres y niños decidieron suicidarse en una pira de fuego. Finalmente, en el siglo XVI, fue abandonada y la capital se trasladó a Udaipur quedando en el olvido, su interior comido por los árboles y la maleza, con los murciélagos y monos como dueños y custodios de sus brillantes edificios.
Hoy en día se puede vislumbrar parte de esa grandeza que ha sido cuidadosamente restaurada. Las ruinas del antiguo palacio de los maharajas, la torre de la victoria en conmemoración de una de las batallas que los Mewar ganaron a los Mogoles, varios templos con cuidados relieves, algunos de los lagos artificiales y pozos para almacenar el agua de lluvia. La variedad arquitectónica hace de este lugar un museo al aire libre singular, y la distancia entre los edificios (que ha de ser cubierta en tuk tuk o taxi) nos deja entrever lo que un día debió ser una gran ciudad amurallada llena de vida, romance, olor a especias y a rosas. Tras 5 horas de visita (el pobre conductor del tuk tuk ya no sabía que hacer con nosotros...), tomamos un autobús y llegamos entrada la noche a la ciudad blanca de Udaipur.
Udaipur es de esas ciudades que te deja un poco a medias... Antes de llegar habíamos leído maravillas de ella, que si la ciudad blanca, que si la ciudad más romántica de la India, que si, que si... Bueno, quizás los que escribieron todas esas cosas al lo mejor exageraron un poco. Udaipur, es al final una ciudad como,todas las demás de Rajasthan, caótica y con un reducido casco antiguo, muy ruidoso y difícilmente transitable a pie (con gran riesgo de que te atropelle una vaca, una moto, un taxista o un coche). Lo de ciudad blanca y romántica es un poco estrategia de marketing, y a decir verdad lo único que hace justicia a Udaipur es su gran variedad de cafés y restaurantes con encanto y su impresionante palacio (el más grande y cuidado de Rajasthan). Al final, lo que más nos gustó de Udaipur fue callejear por los bazares no turísticos (probar dulces locales, comprar jabón artesano,...) y cenar en un pequeño restaurante de unos abueletes comida casera y echa con amor.
Próxima parada Jodhpur, la ciudad azul, y con la que completaremos la trilogía de las ciudades de colores tras Jaipur (ciudad rosa) y Udaipur (ciudad blanca).
Os dejamos en enlace a las fotos:
Por las fotos y lo que vosotros nos habéis contado del fuerte Chittorgarh debio de ser precioso....claro nosotros vivimos los espacios aridos y que alejan los edificios...pero las edificaciones que se conservan bien son preciosas....las filigranas...la altura...nos parecen bonitas nuestras catedrales pero a veces todas esas columnas tan trabajadas, los arcos....nos dejan boquiabiertos. En su época y en pleno esplandor debio de ser una ciudad preciosa.
ResponderEliminarLas mujeres siguen usando todas el traje típico......no habéis visto ningúna que vista distinto....algunas de las que estaban con Patri eran muy guapas y los vestidos preciosos..
Te animaste a que te pintaran el brazo Patri, con que lo hicieron con hena???
Bueno preciosos reporteros hasta otro ratito
Os queremos....Un beso de parte de abuela Dioni y mio......papa dice que de el también (esta liado con su segundo ravel)
No se si os gusta o no, pero las fotos son maravillosas. Las tallas de los edificios una pasada y el interior esta muy cuidado.
ResponderEliminarTendré que vender cigarros con clavo para ir a conocer la india. Hace años me regalaron un libro sobre el tabaco de allí.
Se os ve fenomenal. Y Patri, que camiseta, pablo debe ver la foto.
Se os ve muy cariñosos con la gente y parecen muy amables. Que ropa mas colorida, estan guapas. Y vosotros tambien.
Me encanta el colorido de los mercados y algunos dulces dicen, comeme. A lo mejor solo es el aspecto, pero se ve limpio y ordenado.
Seguir escribiendo.
Os queremos.
Besitos.
Mama
El fuerte esta fenomenalmente conservado tanto el interior como el exterior y encima con el lago le dota de magia.
ResponderEliminarAgotaìs a todos, pobrecito el del tuk tuk no sabe con quienes estan¡¡¡¡¡ jaja.....
A seguir disfrutando¡¡¡¡¡¡ besitooosss la tiita