domingo, 1 de marzo de 2015

Dali y el lago ..., porque en China siempre debes de esperar lo imposible

Tras los arrozales de Yuanyang y previa parada en Kunming para recoger el visado para Myanmar (Birmania), pusimos rumbo a la ciudad de Dali. En otro tiempo lugar de refugio para mochileros, por su tranquilidad y su situación estratégica junto al lago y las montañas; Hoy en día, Dali es otro producto típico del desmesurado desarrollo turístico chino. Las otrora pintorescas callejuelas, han dejado paso a una sucesión interminable de tiendas llenas de chinos gritones y compradores empedernidos. Aun así, basta con alejarse un par de kilometros en dirección al lago o a la montaña y la ciudad vuelve a recuperar el encanto de otra época. 



Los dos días que estuvimos en Dali, los pasamos explorando los alrededores. El primer día optamos por alquilar unas bicicletas e ir a recorrer el lago. Como siempre nos pusimos el objetivo ambicioso de llegar hasta un pueblo cercano (a unos 40 km) donde se supone que había un centro artesanal de telas teñidas con una técnica especial de la zona... Lo que no sabíamos es lo que nos íbamos a encontrar por el camino...

Como suponéis nunca llegamos al citado pueblo. En primer lugar, porque al rato de montar en bici ya teníamos los carrillos del culete para ponerlos en hielo (Tito, Gonzalo... Nos falta callo culero de ciclistas), pero sobre todo por las sorpresas que nos encontramos en los alrededores del lago.


La cosa empezó cuando al llegar a uno de los primeros pueblos, nos dio por preguntar porque todo el mundo estaba comiendo juntos en una suerte de improvisado banquete en la cancha de baloncesto del pueblo. No nos queda muy claro si es que celebraban la fiesta de la matanza, simplemente inauguraban una casa o las dos cosas a la vez... El caso es que así de repente estábamos sentados en una de la mesa, poniéndonos hasta arriba de comida y haciéndonos fotos con todos los lugareños. Para nosotros una experiencia cuanto menos entrañable, para ellos un golpe de buena suerte y un privilegio el que dos ojos de vaca les hicieran el honor de compartir ese día tan especial con ellos. 

Tras un buen rato de charleta y con la barriga a reventar, continuamos marcha en dirección al pueblo al que nunca llegaríamos. De camino otra sorpresa mas; una procesión en dirección al templo del pueblo para hacer ofrendas previas a una boda. Que si uno llevando una cabeza de cerdo, que si otros tocando instrumentos, que si unos cuantos mas quemando dineros falsos e inciensos.... El caso es que otra vez como diría la canción de Mecano: en tu fiesta me colé... 



Con tanto acontecimiento por el camino el paseo se hizo larguísimo y no nos daba tiempo a seguir mucho mas (tampoco habíamos sido muy ambiciosos en el intento...), así que tras llegar a una zona del lago en la que este forma como dos lenguas y descansar allí un rato, empezamos nuestro regreso con un único objetivo en mente ( muy importante por ciento, para motivarnos a seguir pedaleando), tomar un cafecito tranquilamente en uno de los hotelitos a orillas del lago...un gusto oyes! 
El paseo en bici termino con una visita rápida del conjunto de las 3 pagodas por fuera y unas ganas terribles de dejar la bici, que no veáis el viento que se levanto y que nos tiraba! Cenita rica con pescado del lago (y sus infinitas espinas....reiteramos nuestra opinión de evitar comer pescado en china...) y nuestra especie favorita de China de setas pero en versión gigante! 


Al día siguiente madrugamos para empezar prontito con un paseo por el monte y admirar las vistas del lago desde las alturas. La verdad es que la ruta, en su mayoría escaleras, nos resulto un poco cansada para lo que se veía luego, ya que a no ser que pilles muy buena luz no se aprecia bien el lago. Lo mejor fueron las vistas de la cima de la montaña nevada y que  la altura de la ruta también había tramos nevados! Así que podemos decir que pisamos nieve!!!

Os dejamos el link a las fotos de Dali

2 comentarios:

  1. No se porque tengo que escribir dos veces para escribiros.
    Todo duplicado, el primero desaparece.
    Lo segundo feliz año de la cabra.
    Y todo precioso, me encantan las personas y el colorido de sus trajes.
    Seguir disfrutando.
    Os queremos. Besitos

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  2. Bonita experiencia de compartir con ellos una fiesta.
    Así se conoce mejor y se vive más un país.Besooooa la tiita

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