Y después de muchos días por Birmania (o Myanmar), finalmente llegamos a Bagan, santo y seña del país. Bagan es una gran llanura donde los árboles y arbustos se intercalan entre alrededor de 4000 templos budistas. Construido entre los siglos 11 y 13 después de Cristo, Bagan es hoy en día una mezcla de parque arqueológico, centro turístico y lugar de devoción.
Parque arqueológico, porque muchos son los tesoros y secretos que aun guarda la zona. Desde gigantes y ricamente decorados edificios coronados por doradas pagodas a diminutos templos que en su oscuridad guardan elaborados frescos policromados con la vida y milagros de Buda.
Centro turístico, porque poco queda ya de la épica de visitar una zona remota e inexplorada. Puestos de souvenirs se agolpan a las entradas de los templos. Hoteles de lujo se intercalan entre pagodas y un continuo runrún invade las carreteras plagadas de motos eléctricas comandadas por turistas sin el gen de la conducción a dos ruedas.
Lugar de devoción, porque el corazón de los templos aun late con fuerza. Lejos de ser reliquias del pasado, la inmensa mayoría de las pagodas de Bagan se conserva en muy buen estado y se usan activamente para el culto a la religión budista. Entre las miradas curiosas y perdidas de los turistas, los locales aun se agolpan arrodillados ante las imágenes de los budas y dedican su tiempo a rezar.
Muchos son los que han criticado la renovación de la zona. Los mas puretas se quejan de la deficiente restauración de los templos, usando materiales recientes y sin cuidado rigor histórico. No obstante, en mi opinión hay que ir un paso mas allá y analizar los recursos del país y la necesidad de uso de los templos, para no tomar a la ligera la afirmación de los encargados de la restauración que argumentan que estos templos están reconstruidos para ser usados y durar.
Como turista, Bagan impresiona y decepciona. Decepciona porque poco queda ya de esa estampa aventurera, de ese feeling de Indiana Jones... La zona ya ha sido descubierta por otros antes que tu...y en moto eléctrica! Mala suerte. No obstante, una vez pasado ese shock inicial y leve desilusión los 4000 templos aún tienen mucho que ofrecer. Para nosotros, el verdadero valor de Bagan, y lo que realmente lo hace único, es su conjunto. Después de haber estado en lugares como Ankor Wat, los templos de Bagan decepcionan un poco desde cerca. Salvo contadas excepciones a penas si impresionan en su interior y los detalles están poco cuidados.... Pero Bagan tiene algo que jamás habíamos visto antes: su vista de conjunto. Con solo subirse a alguna de las terrazas en la parte superior de las pagodas, realmente te das cuenta de porque Bagan es tan especial.... Y es que mires donde mires, dando interminables vueltas sobre uno mismo, la vista del espectador se pierde hasta el horizonte en un mar de pagodas y estupas. Marrones, blancos, dorados, cada uno de los templos, mas alto, mas bajo, mas cerca, mas lejos; contribuye como en un cuadro de puntillismo a la obra maestra atemporal que constituye Bagan.
Una cosa que hemos aprendido también en Bagan, y que sin duda alguna nos ha llamado muchísimo la atención, es la diferencia en el interior entre una iglesia y un templo budista. Si bien cualquier iglesia esta hueca en su interior y concebida como un receptáculo donde albergar a las masas y experimentar la religión desde el colectivo, los templos budistas son todo lo contrario. Las cuatro puertas (correspondientes a los 4 puntos cardinales) que dan entrada a las pagodas, únicamente sirven de antesala para 4 altares son sus correspondientes budas donde rezar de forma individual. Incluso las mas grandes y elaboradas son macizas en su interior, y únicamente están bordeadas por corredores que comunican los 4 altares.
Han sido tres días intensos de mucho pedalear, descalzarse y quemarse los pies de templo en templo pero sobre todo de mucha paz. Bagan es tan grande que si te sales un poco del circuito más turístico es fácil encontrar tu azotea privada. Desde una de ellas os escribimos ahora mismo, mientras contemplamos el universo de pagodas por enésima vez y nos relajamos un rato con a la sombra de una estupa. Paz, relajación, dicha, harmonía y un pellizco de pena. Ojalá estuvierais aquí con nosotros y entonces Bagan si sería perfecto. Os echamos de menos y os queremos mucho.
Besitos!
Os dejamos en enlace a las fotos de Bagán:
Parque arqueológico, porque muchos son los tesoros y secretos que aun guarda la zona. Desde gigantes y ricamente decorados edificios coronados por doradas pagodas a diminutos templos que en su oscuridad guardan elaborados frescos policromados con la vida y milagros de Buda.
Centro turístico, porque poco queda ya de la épica de visitar una zona remota e inexplorada. Puestos de souvenirs se agolpan a las entradas de los templos. Hoteles de lujo se intercalan entre pagodas y un continuo runrún invade las carreteras plagadas de motos eléctricas comandadas por turistas sin el gen de la conducción a dos ruedas.
Lugar de devoción, porque el corazón de los templos aun late con fuerza. Lejos de ser reliquias del pasado, la inmensa mayoría de las pagodas de Bagan se conserva en muy buen estado y se usan activamente para el culto a la religión budista. Entre las miradas curiosas y perdidas de los turistas, los locales aun se agolpan arrodillados ante las imágenes de los budas y dedican su tiempo a rezar.
Muchos son los que han criticado la renovación de la zona. Los mas puretas se quejan de la deficiente restauración de los templos, usando materiales recientes y sin cuidado rigor histórico. No obstante, en mi opinión hay que ir un paso mas allá y analizar los recursos del país y la necesidad de uso de los templos, para no tomar a la ligera la afirmación de los encargados de la restauración que argumentan que estos templos están reconstruidos para ser usados y durar.
Como turista, Bagan impresiona y decepciona. Decepciona porque poco queda ya de esa estampa aventurera, de ese feeling de Indiana Jones... La zona ya ha sido descubierta por otros antes que tu...y en moto eléctrica! Mala suerte. No obstante, una vez pasado ese shock inicial y leve desilusión los 4000 templos aún tienen mucho que ofrecer. Para nosotros, el verdadero valor de Bagan, y lo que realmente lo hace único, es su conjunto. Después de haber estado en lugares como Ankor Wat, los templos de Bagan decepcionan un poco desde cerca. Salvo contadas excepciones a penas si impresionan en su interior y los detalles están poco cuidados.... Pero Bagan tiene algo que jamás habíamos visto antes: su vista de conjunto. Con solo subirse a alguna de las terrazas en la parte superior de las pagodas, realmente te das cuenta de porque Bagan es tan especial.... Y es que mires donde mires, dando interminables vueltas sobre uno mismo, la vista del espectador se pierde hasta el horizonte en un mar de pagodas y estupas. Marrones, blancos, dorados, cada uno de los templos, mas alto, mas bajo, mas cerca, mas lejos; contribuye como en un cuadro de puntillismo a la obra maestra atemporal que constituye Bagan.
Una cosa que hemos aprendido también en Bagan, y que sin duda alguna nos ha llamado muchísimo la atención, es la diferencia en el interior entre una iglesia y un templo budista. Si bien cualquier iglesia esta hueca en su interior y concebida como un receptáculo donde albergar a las masas y experimentar la religión desde el colectivo, los templos budistas son todo lo contrario. Las cuatro puertas (correspondientes a los 4 puntos cardinales) que dan entrada a las pagodas, únicamente sirven de antesala para 4 altares son sus correspondientes budas donde rezar de forma individual. Incluso las mas grandes y elaboradas son macizas en su interior, y únicamente están bordeadas por corredores que comunican los 4 altares.
Han sido tres días intensos de mucho pedalear, descalzarse y quemarse los pies de templo en templo pero sobre todo de mucha paz. Bagan es tan grande que si te sales un poco del circuito más turístico es fácil encontrar tu azotea privada. Desde una de ellas os escribimos ahora mismo, mientras contemplamos el universo de pagodas por enésima vez y nos relajamos un rato con a la sombra de una estupa. Paz, relajación, dicha, harmonía y un pellizco de pena. Ojalá estuvierais aquí con nosotros y entonces Bagan si sería perfecto. Os echamos de menos y os queremos mucho.
Besitos!
Os dejamos en enlace a las fotos de Bagán:
Chicos, no sigais eso. Nosotros estamos pendientes tofos los dias, de ver como estáis? Decirnos, cuando y donde nos vemos. Estaremos encantados de haceros una visita.
ResponderEliminarTambién os echamos de menos.
Sabéis que nos dejamos llevar.
Se os ve guapos, relajados, y felices. Y eso nos trasmite ilusión, por lo menos a mi.
Cuidados mucho. Queremos descansar unos dias.
Besos y os echamos de menos también.
Lo siento, me ha dado la cariñada y se me escapa alguna lágrim . Pero feliz de que estés bien.
Me ducho que sino no llego a trabajar
Muakkkk
Que bonito y emotivo relato,nosotros también os echamos de menos y OS QUEREMOS....pero dice abuela que no apreciamos la suerte que tenemos al poder leer enseguida lo que escribis aquí y en el teléfono....que si fuera por carta se nos haría un mundo porque seguro que teníamos noticias vuestras de mes en mes
ResponderEliminarLos templos son bonitos y variados y su conjunto y desde lo alto si tiene que impresionar
Salis muy bien en las fotos.Escribir mas cosas que si no tendre que empezar a releer las historias a abuela
Muchos besos y cuidaros
ME ENCANTA la foto de Patri. Y lo que transmitir en cada post. Me encantais vosotros, ya sabeis que soy super fans.
ResponderEliminarEchar de menos? que es eso más que parte ya de nuestro día a día? Eso hace también hace más increíble cada reencuentro.
Muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuak
Parece un lugar con magia, inspira al recogimiento ,,,,,, eso es por lo menos lo que transmiteis,
ResponderEliminarOs espero en el proximo capitulo,,,,,continuara, besooosssl. la tiita