Tras un breve paso por La Paz,
tomamos un avión a Sucre para comenzar nuestro periplo por el altiplano, avión
que compramos a las 10 de la noche para volar a las 10 de la mañana del día
siguiente, por el módico precio de 37 EUR por persona.
La ciudad de Sucre, o la ciudad
blanca, tiene el honor de ser la capital de Bolivia, aunque la sede del
gobierno reside en La Paz. Sucre es una preciosa ciudad colonial, con un
encantador centro histórico donde todas las casas son blancas. Después de pasar
unas horas en el caos de La Paz, llegar a Sucre fue como un soplo de aire
fresco.
En seguida nos dimos cuenta que
íbamos a pasar más tiempo del planeado en esta ciudad, atraídos por su ambiente
agradable y por el hecho de que dormíamos en un precioso hostal que invitaba a
recuperar fuerzas. También en poco tiempo asimilamos que se iba a convertir en
la ciudad de los caprichos parte dos.
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Vicios |
Al final nos quedamos dos días
paseando por las calles de Sucre, visitando sus iglesias, conventos y plazas y
disfrutando de su gastronomía y de sus vicios. Que si jugos de fruta a 50
céntimos, que si magdalenas y pan con mermelada casera comprados en el
pintoresco mercado.
Sucre es además la capital del
chocolate en Bolivia, y claro tuvimos que sucumbir a los batidos helados de
chocolate, a las tazas de chocolate caliente y las brochetas de frutas con
chocolate; encima a menos de 1 EUR por cada vicio!!.
Después de dos días de relax y
esparcimiento, pusimos rumbo a Potosí, la ciudad minera más representativa de
Bolivia.
Nuestra visita a Potosí, no
obstante fue más corta de lo previsto. En primer lugar debido a los bloqueos
que tienen secuestrado al país. Y es que los trabajadores bolivianos están a
tortas con el gobierno por el tema de las jubilaciones. El objetivo es cobrar
tras la jubilación el sueldo íntegro, a lo que se opone radicalmente el
gobierno (bueno todos menos Evo, que está de vacaciones mientras se negocia el
tema). Total que como no les hacen caso, como medida de protesta se dedican a
cortar todas las salidas y entradas de las ciudades importantes del país. Así,
Potosí, al ser una ciudad minera, es uno de los lugares donde más intensamente
se vive el conflicto. Consecuencia, que para conseguir entrar a la ciudad
tuvimos que caminar varios kilómetros pasando el bloqueo (con sus piedras en la
carretera). Al llegar a Potosí, nos
comentaron que esa noche iba a haber una tregua y que se podría salir de la
ciudad, por lo que decidimos no hacer noche para no correr el riesgo de
quedarnos atrapados.
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Cerro Rico |
El otro motivo por el que
adelantamos nuestra partida de Potosí fue puramente moral. Y es que tras unas
horas recorriendo el pequeño casco antiguo, lo más importante que le queda al
turista es visitar las minas del Cerro Rico y conocer las condiciones
deplorables en que viven los mineros. Que pensaréis, puede ser una experiencia
interesante, y en cierto modo así debía ser, el problema es que los mineros no
huelen ni un boliviano de los turistas y son las agencias de turismo las que se
lucran de la miseria de los mineros. Mineros que además son tratados como si
mueran monos en el Zoo, ya que a cambio de visitarlos en lo más profundo de las
minas (y respirar todo tipo de gases tóxicos), el turista está obligado a
comprar cigarrillos, alcohol o dinamita (si habéis oído bien, dinamita) para
regalar a los mineros.
No obstante, a pesar de lo breve
de la visita, Potosí nos sorprendió muy positivamente. La historia de esta
ciudad es la historia de sus minas de plata. Minas que se explotan de forma
interrumpida desde que los españoles decidieran esclavizar a los indígenas y
ponerlos al servicio de la Corona. Recuerdo de esta etapa son los múltiples
edificios coloniales que pueblan el casco antiguo y la cantidad de iglesias y
conventos de singular belleza que se intercalan entre los edificios. A pesar de
su aire decadente, merece la pena imaginar la importancia de esta ciudad en la
época colonial, y lo rica que debió ser en aquellos tiempos.
Por la noche y motivados por las
noticias de “cuarto intermedio” (tregua en el bloqueo), tomamos un bus nocturno
rumbo a Tupiza, una ciudad cercana a la frontera con Argentina. A pesar de que
se supone que debíamos llegar a la 1 de la mañana, no hicimos entrada triunfal
en Tupiza hasta bien pasadas las 6 de la mañana, primero porque se rompió el
autobús y estuvimos más de 3 horas tirados en mitad de la nada y segundo porque
a pocos kilómetros de Tupiza, nos encontramos con otro bloqueo que nos obligó a
otra caminata mañanera.
Así, tras una siesta matutina,
para reponernos del agotador viaje, fuimos a visitar los alrededores de Tupiza.
Si bien no teníamos muy grandes expectativas de la ciudad, a la que habíamos
acudido con la idea de usarla como punto de inicio para explorar los desiertos
del sur de Bolivia y el salar e Uyuni, quedamos encantados con lo que nos
encontramos.
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Lejano Oeste |
El paisaje de los alrededores de
Tupiza es dramáticamente espectacular. De repente estábamos en el lejano oeste,
caminando por un paisaje semidesértico. Explorando cañones escarpados de
intensos rojos, verdes y amarillos. Sorteando gigantes cactus y silbando la
melodía de “el bueno, el feo y el malo”. Apenas si notamos el cansancio del
viaje nocturno absortos por la belleza salvaje de esos paisajes inhóspitos, que
caminamos en la soledad más absoluta, con la única compañía de algún buitre
buscando alimento.
Todavía con la idea en la mente
de estar en una película de vaqueros, y después de conocer a la que sería
nuestra pareja de viaje los próximos días, nos fuimos a dormir ilusionados con
una de nuestras últimas grandes aventuras del viaje: recorrer los desiertos
Bolivianos y el lago de sal más grande del mundo, Uyuni.
Os dejamos el link a las fotos:
Besos
Patri y Juan
No sabía que Sucre era la capital de Bolivia,pensaba que era la Paz. Menudo deleite de sabores que nos habeís ofrecido, yo tb. quiero uno.Tupiza nos transporta al antiguo Oeste, si le veís Clint Easwood (no se como se escribe) me lo traeís, jaja.... besos la tiita.
ResponderEliminarHola chicos,dice abuela que os traigais un poquito de chocolate,que no lo puede morder,pero lo deshace en la boca......La ciudad de Sucre parece preciosa.
ResponderEliminarOye pareceis dos pistoleros .... Juan no te arrimes a los cactus,que luego pasa lo que pasa.
Sabiamos que los mineros no tenian buenas condiciones de trabajo.... pero que los turistas tengan que llevarles hasta dinamita..... Me parece bien que bajarais a la mina.
Seguir disfrutando de los dias que os quedan.
Un fuerte abrazo abuela Dioni y mama Mila.
Mañana abu os seguira con tia Rosi.
Ya no sé que deciros de tantas cosas que habeís visto, si os pregunto que es lo qué más os ha gustado no sabreís seguro qué contestarme, porque todo parece muy bonito. Lo que si veo en las fotos que con tanta caminata estaís muy delgados, aunque hayaís tomado mucho chocolate y muchos zumos, ahora sí que estaís en la recta final, vamos a echar en falta todos los domingos vuestros blog. Tener buen viaje de vuelta. un abrazo y hasta pronto la abueli.
ResponderEliminarMuy pocas fotos de Juan he visto, es una adivinanza dificil... ;) sacaré la lupa esta tarde y buscaré la diferencia ;)
ResponderEliminarun besito
Itxas
No voy a contestar a la adivinanza porque ya me la chivasteis... disfrutad de los días que os quedan, os esperamos con muchas ganas, aunque la distancia siga separándonos...os queremos.
ResponderEliminarLos tres mosqueteros.
Patri luego intentare leerlo y ver las fotos. Imposible ahora.'me voy en una hora. Besitos
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