miércoles, 22 de mayo de 2013

LOS DESIERTOS BOLIVIANOS Y EL SALAR DE UYUNI


Después de unos días a todo correr por el altiplano boliviano, esquivando bloqueos y huyendo de los mineros y su ruidosa dinamita, llegó uno de los momentos que tanto habíamos estado esperando, la hora de cruzar en 4x4 los desiertos bolivianos y las lagunas altiplánicas para llegar al desierto de sal más grande del mundo, el Salar de Uyuni.
 
Los 4 del 4x4
En esta una de las últimas grandes aventuras del viaje, nos acompañarían dos ingleses muy majeres: David y Carley. Ellos serían nuestros compañeros de jeep y habitación durante los próximos 4 días y tres noches.

De antemano me gustaría decir, que es casi imposible describir con palabras la belleza de los paisajes que tuvimos el privilegio de conocer esos días. Os recomiendo que no perdáis ojo a las fotos, pues nosotros aún las seguimos mirando con la boca abierta. Qué colores tan especiales, que espacios tan infinitos, que belleza en la soledad del estéril desierto.

DÍA 01

El primer día, quizás el menos espectacular de todos, lo empezamos cruzando paisajes semidesérticos y cañones al más puro estilo lejano oeste. Poco a poco fuimos ganando altura y el lejano oeste dejó paso a llanuras altiplánicas, llenas de llamas, alpacas y pueblos de pastores.
 
Las llamas


Según nos contó el conductor (y guía a ratos), en esta región la gente vive única y exclusivamente del cuidado de las llamas de las que sacan la lana y la carne. Con el dinero que sacan de una llama, vive más o menos una familia normal un mes. Además, cuando un niño es pequeño, los padres le regalan una pareja de llamas, para que se haga cargo de ellas y poco a poco se vayan multiplicando para que cuando sea mayor tenga un rebaño entero. Un pastor suele tener entre 50 y 500 llamas. Las llamas están identificadas con cintas de colores en las orejas, de manera que cada pastor sabe cuales son sus llamas.

A los pies del nevado
Al final del día, dormimos en uno de estos pueblos de pastores a 4.200 metros de altura y con la imponen vista de un nevado al fondo.

DÍA 02

El segundo día prometía ser uno de los más espectaculares. Comenzamos tempranito cruzando un pueblo minero abandonado. Según las leyendas era un pueblo muy próspero y rico gracias a la ayuda del diablo. El problema es que había mucho desorden al estilo Sodoma y Gomorra, hasta que los lugareños se dieron cuenta de la presencia demoníaca y la expulsaron del pueblo. Al irse el demonio,  se acabó lo bueno, el pueblo dejó de sacar minerales y terminaron abandonando el lugar.
Laguna Collpa

Después de la historia de miedo de primera hora de la mañana, seguimos ganando altura para llegar a los 4.855 metros y ver nuestra primera laguna altiplánica. Poco a poco fuimos cruzando cañones y ríos congelados hasta llegar a otras lagunas. Una de las más importantes es la laguna collpa, llamada así porque está llena de la “collpa”.  La collpa es una especie de polvos blancos que quedan como sedimento en la laguna cuando esta se seca y se utilizan para hacer champús y jabones. Se dice que las mujeres de esta zona son las que tienen los cabellos más largos, suaves y cuidados del mundo porque se lavan el pelo con esta agua que contiene la collpa.

Lagunas verde y blanca
Llegamos a comer a otra laguna preciosa de colores increíbles, en cuyo lateral hay una piscina de aguas termales. A pesar del frío intenso que hacía, pues estábamos a más de 4.500 metros, no pudimos resistirnos y nos pegamos un chapuzón relajante con vistas a la laguna.

Después de comer atravesamos un desierto surrealista, llamado el desierto de Dalí, pues está lleno de piedras de formas super extrañas, colocadas en mitad de la nada más absoluta.

Laguna Roja
Tras cruzar el desierto llegamos a dos lagunas muy especiales llamadas laguna blanca y laguna verde, por el respectivo color de sus aguas. Todavía aturdidos por la belleza de ambas lagunas cruzamos un campo de geiser a 4.980 metros para llegar quizás al momento más especial del día, la laguna roja. Una laguna llena de flamencos con aguas color sangre a los pies de un nevado. Vaya pasada!!

Esa noche fue quizás la más dura, pues dormimos a más de 4.600 metros. A esa altura ya empieza a costar dormir y a ratos parece que te falta el aire.

DÍA 03

El árbol de piedra
El tercer día, si bien no fue tan espectacular como el segundo también tuvo algunos momentos mágicos. Por la mañana y después de visitar el árbol de piedra (una curiosa formación de rocas, la más famosa de las cuales tiene forma de árbol), cruzamos el desierto de Siloli, una masa enorme de arena sin ni un ápice de vegetación.


A continuación llegamos a una serie de lagunas altiplánicas parecidas a las del día anterior. Lo más impactante fue que en una de ellas encontramos miles de flamencos. Pensar en los flamencos del zoo, multiplicar su número por 5.000 y quitar las rejas que normalmente nos separan de estas aves. Imaginar que los tenéis a dos metros, ahí, a lo suyo, comienzo, andando, volando de un lado para otro, menuda pasada!!
Flamencos

Por la tarde fuimos ya acercándonos al salar de Uyuni y continuamos alucinando con las cosas que nos encontramos por el camino. Resulta que esa región hace miles de años estuvo cubierta por el mar. Como consecuencia nos encontramos un gigante arrecife de coral en medio del desierto. Ya veis que no hace falta sacarse el curso de buceo para ver barreras de coral. Después llegamos a una antigua cueva submarina, con miles de algas fosilizadas a modo de estalactitas y estalagmitas… y todo eso en mitad del desierto!!
Arrecife en el desierto

El tercer día terminó al borde del salar de Uyuni, en un curioso hotel de sal, con las paredes, los suelos, las mesas y hasta las camas de sal.

DÍA 04

Por fin llegó el momento, después de 3 días cruzando desiertos íbamos a conocer el famoso salar de Uyuni. Una superficie de 12 mil metros cuadrados de sal. Comenzamos nuestra andadura por el salar en la más completa oscuridad para ver el amanecer en la isla del pescado, otro arrecife de coral en mitad del salar, al que le han salido miles de cáctus entre las rocas.
Amanecer en el salar
Tras correr como locos para llegar a lo alto de la isla antes de que los primeros rayos alcanzaran la superficie blanca, llegó el momento esperado, se hizo la luz y pasamos de la oscuridad a la blancura cegadora. De repente nos vimos como náufragos en una diminuta isla rodeados de un océano blanco de sal. Qué sensación tan extraña, como de estar en mitad de la nieve, en un inmenso glaciar donde la tierra se funde con el horizonte.

El volcán
Después de desayunar pusimos rumbo a un cercano volcán a la orilla del salar para admirar el océano de leche desde otra perspectiva. Tras algo más de una hora de subida llegamos a un mirador y ya nos volvimos locos del todo. Si mirábamos en una dirección veíamos el cráter del volcán. Si mirábamos en la otra, aparecía ante nosotros la inmensidad blanca del salar.

Fotos locas
Tras bajar del volcán pusimos rumbo al corazón del salar para parar en mitad de la nada y ponernos a hacer las fotos más locas que hayamos hecho en nuestra vida. Lo más increíble del salar es que el blanco infinito de su superficie, hace perder totalmente la perspectiva y se pueden hacer todo tipo de fotos surrealistas al más puro estilo Dalí. Ahí estuvimos más de una hora creando todo tipo de cuadros dalinianos y jugando con el salar.

Para finalizar la visita al salar pasamos por una zona de extracción de sal. A una de las orillas del salar, hay una comunidad que se dedica al negocio de la sal. Para ello hacen pequeños montones de sal, que una vez seca sacan del salar y tras procesarla la venden al por mayor.
Ojos de sal

Al caer la tarde llegamos a la localidad de Uyuni totalmente agotados después de cuatro días recorriendo cientos de kilómetros por algunos de los paisajes más espectaculares que jamás hayamos visto. Nos despedimos de David y Carley y montamos en un bus nocturno con la esperanza de evitar un nuevo bloqueo y poder llegar de nuevo a La Paz.

Aquí os dejo las fotos, que esta vez si, una imagen vale mucho más que mil palabras:




Besos
Patri y Juan

4 comentarios:

  1. Ala, tenia un montón de cosas pendientes para leer!

    Que fotos más chulas! jajajaja están super bien ;)

    Disfrutar de los pocos días que os quedan, se os echa de menos por aquí para que nos conteis todasa vuestras aventuras :)

    Musus

    ResponderEliminar
  2. Bonito el relato.. bonitas las leyendas y teniais razon las fotos impresionantes tanto las reales como las "trabajadas".
    Como os sentiais en medio de tanta grandeza?
    Un beso muy fuerte
    Mama Mila

    ResponderEliminar
  3. Qué magía despide el salar de Uyuni os sintiríais como monigotes en medio del océano de sal. Habeís disfrutado mucho jugando allí, menudo recital de fotos nos habeís mandado.Pareciaís bailarines en el posado. Os seguimos besooosss la tiíta

    ResponderEliminar