Hace unos días que volvimos de nuestro viaje, y poco a poco vamos asentando todo lo vivido. Tras contar y recontar anécdotas y experiencias a todos nuestros amigos y conocidos, y una vez superada la euforia postvacacional, hay una cosa más que nos gustaría apuntar en el blog: el gran problema de las minas antipersona.
 |
Víctima de una mina |
Herencia de la guerra de los americanos contra Vietnam y de la posterior guerra civil, son las minas antipersona que cubren con un manto de muerte todo el país. A pesar se de que ya se han quitado más de 1 millón de minas antipersona y 2.000 millones de minas antitanque y otros proyectiles varios, se calcula que aún hay más de 1.000 km cuadrados de terreno lleno de minas en Camboya.
 |
Reaprendiendo a andar |
Las minas se concentrar principalmente en la zona fronteriza con Tailandia, en un denominado cinturón de la muerte que mantiene como un muro invisible separados a ambos países.
Más de 65.000 personas han sido víctimas directas de una mina antipersona. A los muertos y mutilados hay que sumarles todas aquellas familias que de forma indirecta sufren la tragedia de hermanos, padres, hijos, etc.
 |
Desminando |
Además de la tragedia humana, el peligro de un terreno minado, hace imposible el acceso a pozos de agua, inutiliza tierras para la agricultura, dificulta las comunicaciones, etc.
Desminar un país entero no es tarea sencilla, ya que cada mina debe ser retirada de forma manual, como si de un arqueólogo se tratara.
 |
Campo minado |
Por otro lado, se lleva también mucho tiempo trabajando en el concienciar a la población de los peligros de las minas. No son pocos los que han sido víctimas de una mina antipersona por desconocimiento. Por ejemplo, niños que vieron una mina en el suelo y sin saber que era se pusieron a jugar con ella.
Al visitar un país como Camboya no podemos mostrarnos ajenos a esta y otras realidades. Realidades que lastran la vida diaria de muchas personas y condicionan gravemente el desarrollo del país.
 |
¿Somos el enemigo? |
Desde aquí os animamos a visitar Camboya, promocionar a sus gentes, saliendo de los circuitos comerciales y dejando dinero en un restaurante local, en un puestecillo del mercado, alquilando una bici a un aldeano.
No le deis tampoco la espalda a la realidad. Camboya es mucho más que sus templos, con una historia reciente muy dura, pero con unas gentes increibles, a las que no podéis dejar de conocer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario