Los dos últimos días de este increíble viaje los hemos pasado en Buenos Aires. Después del rápido vistazo desde el coche y el paseo nocturno del primer día, teníamos muchas ganas de dar una vuelta por la ciudad con sol y a pleno día.
El Congreso |
La deslocalización de los puntos turísticos hace de Buenos
Aires una ciudad menos atractiva de lo que realmente es. No obstante, si bien
no tiene un casco histórico lleno de impresionantes monumentos, no deja de ser
una ciudad cosmopolita agradable de caminar.
Además hemos contado con la inestimable guía de Pato, que
nos llevó a todos lados como si tuviera un GPS en la cabeza.
El metro de Buenos Aires |
El sábado visitamos Palermo Soho con sus tiendas fashion y
sus restaurantes y bares de moda. Como nos decía Pato, lo importante para los
argentinos no es lo que vendas si no como lo vendas. Y eso, de verdad que se
les da genial. Los montajes de las tiendas, la decoración de las terrazas, la
música de fondo … todo está pensado para que te apetezca entrar a comprar o
quedarte a tomar algo. … y claro, tuvimos que picamos y terminamos comiendo en
una reliiiinda azotea.
Qué lindos edificios |
Por la tarde, nos dimos un paseo por la zona de Recoleta
(algo así como el barrio de Salamanca) y terminamos visitando el cementerio del
mismo nombre, donde están entrerrados algunos de los top argentinos de todos
los tiempos (desde el fundador de YPF, hasta la famosa Evita Perón). En verdad, más que un lugar de descanso
eterno es una atracción llena de guías contando historietas y chascarrillos de
los allí enterrados.
Para cenar Pato nos llevó a una cervecería artesana y
terminamos el día en un local de moda la mar de chulo tomando un mojito en un
patio super modern que tenía una lumbre y todo en medio … se confirma que entra
por los ojos de verdad …
El Cabildo |
El domingo decidimos madrugar para dar otro paseo desde el Congreso
hasta la casa Rosada pasando por la avenida 9 de Julio (y su obelisco), la
avenida más ancha del mundo con 16 carriles (aunque algún que otro exagerado
dice que es más o menos como la Castellana).
La Boca |
Como chascarrillo os contaremos algunas de las teorías por
las que se cree que la casa Rosada recibe ese nombre. Según una de ellas, el
color rosado se trata de la unión del rojo de los federales y el blanco de los
unionistas. Otra un poco más asquerosilla, plantea no obstante que la casa tiene
ese color debido a que antiguamente se pintaba las casas con la sangre de
terneros, adquiriendo ese tono rosado al secarse.
A media mañana nos encontramos con Pato en San Telmo y dimos
un paseo por su famoso mercadillo, de estética y contenido similar a un domingo
en el Rastro.
Nos dejamos para el final la boca, con su par de callejuelas
con casas de colorines. Se supone que están pintadas así, porque cuando a los
marineros les sobraba pintura después de pintar las embarcaciones, tiraban el
sobrante dando ese aspecto tan pintoresco a las casas.
Tigre |
La verdad que la Boca nos impresionó bastante, pero para
mal. Realmente acojona un poco ver como la zona turística está “semiacordonada”
para que no te metas un par de calles más al fondo y te topes con la cruda
realidad; la de una Argentina de chabolas, pobreza, drogas y crimen.
Como aún nos sobraba algo de tiempo, Pato nos llevo en coche
(previo paso a toda velocidad por alguna de esas calles que acojona) a la
localidad cercana de Tigre, donde pudimos pasear por la ribera de uno de los
canales en los que se enrosca el estuario del río de la Plata, formando un
pintoresco conjunto de islitas.
Un bonito fin de fiesta para otro viaje memorable, lleno de
belleza natural, con la escusa de visitar al único argentino que prefiere el té
al mate … gracias por todo Pato, nos vemos dentro de unos meses en España !!!!
Hasta pronto flaco !!!
Menudo cambio de tiempo!
ResponderEliminarespero a este finde para que por lo menos patri, cuente todos los detalles que os habeis dejado para el cara a cara.
Aunque tarde, bienvenidos de nuevo!
besos,
itxaso.