Desde La Paz nos fuimos a Puno,
el lado peruano del lago Titicaca. Nos habían dicho que no era una ciudad
bonita pero que merecía la pena conocer sus islas flotantes.
Llegamos a la noche y a la mañana
siguiente cogimos un barquito a primera hora de la mañana hacia las famosas
islas de Uros. La historia de estas islas comienza con los incas, que al
intentar conquistar a los Uros, que eran los habitantes de las riberas del lago
Titicaca, consiguieron echarles de sus tierras pero no someterles.
Como los Uros no querían
problemas, se echaron al lago y comenzaron a vivir en barcos de Totora. La
Totora son unos juncos gigantes que crecer en el lago, con los que se pueden
construir barcos y casas y sirven de alimento.
Con el tiempo los Uros vieron que
podían aprovechar las raíces de las totoras, cuando estas salían a la
superficie. En ese momento tejían sobre ellas una especie de suelo que luego
cubrían con más totora y así conseguían hacer unas islas a modo de balsa que
les permitió afincarse definitivamente en el lago.
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Barcos de Totora |
Actualmente hay unas 75 islas, en
las cuales encontramos escuelas, un centro de salud y todo tipo de hospedajes y
restaurantes. Como alimento tienen a los peces del lago y los patos sobre todo.
El resto de alimentos como frutas y verduras, las adquieren del mercado de Puno
cada sábado.
La mitad de las islas se ha
abierto al turismo y la otra mitad ha decidido mantener su forma de vida
dedicándose a la pesca y ganándose la vida gracias a ella. Bien por ellos, que
así no participan del circo que se ha montado en torno a las islas. Y es que
aunque nos pareció muy interesante conocer las islas y ver su forma de vida,
nos horrorizó el espectáculo turístico que se ha montado en ellas.
Nosotros no fuimos en ningún tour
a las islas, pero nos encontramos con la mayor turistada del viaje, Al llegar a
una de las islas nos recibió el presindente de la misma (presidente de 5 casas
por cierto). Después de contarnos una historia que nos resultó muy interesante,
empezaron a aparecen mesas con souvenirs delante de cada casa y nos pedían
amablemente que compráramos cosas para apoyarles. Hay que decir que habíamos
pagado ya una entrada. Después el presidente nos enseñó su casa, en la que
tenía una cama, una televisión y un aparato de música que funcionaban con un
panel solar. Ah, y móvil también tenía como no.
Los puntos culminantes del
turisteo fueron cuando nos ofrecieron ponernos sus ropas típicas para que nos
hicieran fotos y empezaron a cantarnos canciones en inglés. Quechua, aimara y
español. La mejor fue cuando cantaron; vamos a la playa oh, oh, oh, oh. Qué
vergüenza, vaya bochorno de show.
Lo que más nos molestó fue que
encima nos obligaron a montarnos en su barco de totora para ir a otra Isla y
tuvimos que pagar más de lo que nos había costado el viaje de ida y vuelta a
las islas. Todo para ir a otra isla donde intentaron vendernos aún más cosas y
queríamos que comiéramos a las 11 de la mañana, curiosamente en su restaurante.
En la parte peruana hay también
un par de islas estilo mediterráneo que no fuimos a visitar porque eran muy del
estilo de la Isla del Sol, pero mucho más turísticas.
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Chulpas Incas |
Después del shock de la mañana,
decidimos ir a ver unas ruinas funerarias en una península rodeada por un
pequeño lago junto al Titicaca. Los Collao (civilización preica) y los Incas
enterraban a sus difuntos de renombre en una especie de torres funerarias de
forma normalmente cilíndrica. Los estilos y las formas dependen mucho de la
época, siendo los más impresionantes los de los incas, por su altura y
envergadura.
En dichas torres, llamadas
chulpas, solían enterrar al difunto con ofrendas y a veces también a algún
sirviente. Lo más curioso es que los españoles prohibieron a los indígenas este
tipo de enterramientos y los obligaron a usar cementerios con sus tumbas en el
suelo.
Al final el paseo resultó de lo
más curioso, y gracias a los paneles de información y a que exploramos todo el
complejo de cabo a rabo (no como los grupos organizados que solo visitaban
cuatro o cinco torres para irse luego a comprar souvenirs a una casa típica …
siempre nos indignarán estas cosas) aprendimos un montón de cosas sobre como
enterraban estas culturas a sus difuntos notables.
Ya entrada la noche, cogimos un
bus rumbo a nuestro siguiente destino, la ciudad de Arequipa, y última ciudad
grande antes de llegar al final de nuestro viaje en Lima.
Os dejamos en enlace a las fotos:
Besos
Patri y Juan
Sip en ocasiones se pasan con los "montajes" turisticos.
ResponderEliminarYa os queda poquito! A disfrutar a tope! :)
Muy chulo todo como siempre
Musus
Las fotos bonitas y como construyen las casas y las barcas interesantes..... El hombre tiene recursos para sobrevivir,aunque a veces quiera hacerlo mas facilmente y caiga en topicos (que tristemente la mayoria de los turistas aceptan y luego cuentan como algo extraordinario a sus amigos)Me alegra que seais capaces de no entrar en esa rueda.
ResponderEliminarLas fotos de la arquitectura funeraria bonitas.e interesantes.Hacia frio eh!!!!!!
Un beso muy fuerte y hasta pronto
Mama Mila
El otro día lo hablábamos "irán a las Uros? Por un lado es muy interesante las barcas, las islas... Pero es una turistas taaaaan grande... Mira que como les canten Vamosalaplayaooooooo estos se tiran al agua y se van nadando..." veo que se la cantan a todo el mundo. Habrá una sola persona que se haya ido contenta con la turistada?? Besitos y disfrutad de Arequipa. Ya no os queda nada!! Muuuuuuuuuak
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